Conflictos, educación y liderazgo ético
Eva Ávila redefine el Liderazgo Ético en Educación
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Eva ÁvilaEn el complejo panorama del liderazgo actual, la gestión de conflictos, la presión por los resultados y el agotamiento son desafíos constantes. Los manuales y las estrategias tradicionales a menudo se quedan cortos, dejando a los líderes en busca de un enfoque más humano y efectivo. Es en este contexto donde la perspectiva de Eva Ávila, forjada entre el rigor del sector privado y la vocación del servicio público, emerge como una visión fresca y sorprendentemente poderosa.
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La "Elegancia Social" es tu Herramienta de Liderazgo más Potente
Cuando escuchamos la palabra "elegancia",
solemos pensar en estética o moda. Sin embargo, Eva Ávila nos invita a
redescubrir su significado original. La palabra proviene del latín eligere, que
significa "saber elegir". Aquí es donde reside su poder como
herramienta de liderazgo. La elegancia social o profesional no se trata de cómo
te vistes, sino de cómo eliges comportarte.
Esta "elegancia relacional" implica tomar
decisiones conscientes sobre las palabras que usas, las personas de las que te
rodeas y la forma en que actúas. Se trata de saber elegir cómo quiero responder
a esta mala palabra en un contexto tóxico o qué persona elegir como mentora.
Aplicada a la gestión, se traduce en acciones concretas: tomar decisiones
claras sin humillar, ser firme sin agresividad y dirigir sin maltrato. Es la
capacidad de actuar desde el respeto, la calma y la empatía.
Si normalizáramos esta elegancia relacional que no
es innata a todos, aunque sí que se puede trabajar, de verdad que tendríamos
una verdadera revolución social.
Un Liderazgo Eficaz se sostiene en 3 Pilares
La experiencia de Eva Ávila en el sector privado le
enseñó que, más allá de la complejidad de cualquier organización, un liderazgo
eficaz se fundamenta en tres pilares que ella trasladó con éxito al sector
público. En un mundo que a menudo persigue metodologías complejas, su enfoque
resulta inesperado precisamente por su vuelta a lo fundamental: principios
claros que combinan pragmatismo y humanidad.
• Claridad: La importancia de transmitir
instrucciones de forma que todo el equipo las entienda. Un líder debe hacerse
entender por muchas personas diferentes para que la organización funcione como
un todo.
• Coherencia: Mantener una línea de acción
consistente, sin cambiar de opinión constantemente. La coherencia genera
confianza y estabilidad en el equipo.
• Humanidad: Recordar siempre que trabajamos con
personas. Este pilar no se opone a la exigencia, sino que la complementa,
combinando la búsqueda de la excelencia profesional con la sensibilidad humana
de cuidar los vínculos y escuchar al equipo.
Aunque este enfoque es fundamental para el bienestar
de cualquier comunidad, Ávila reflexiona que no siempre es bienvenido por
quienes se aferran al "aquí siempre se hizo así". Sin embargo, es un
esfuerzo que vale la pena por el bien del equipo y los objetivos comunes.
En la era de la IA, las "Soft Skills" son la Base, no un Complemento
Ante el avance imparable de la inteligencia
artificial, que ya automatiza muchas tareas administrativas y técnicas, las
habilidades puramente gestoras están perdiendo protagonismo. En este nuevo
escenario, lo que diferencia a un verdadero líder no es su capacidad para
gestionar recursos, sino para gestionar personas y emociones.
Eva Ávila identifica un conjunto de habilidades que
considera cruciales para cualquier líder actual: la competencia emocional, una
comunicación impecable, la escucha activa, una visión estratégica y la
creatividad para resolver conflictos. Estas soft skills han dejado de ser un
extra en el currículum para convertirse en el pilar fundamental del liderazgo.
Como ella misma afirma, estas habilidades ya no son
complementarias, sino "la base de un liderazgo que inspira y que
transforma", capaz de navegar la complejidad emocional y social de nuestro
tiempo.
La Prevención más Efectiva empieza con un "Acuerdo de Lenguaje Seguro"
A menudo, los conflictos escalan no por el problema
en sí, sino por la forma en que nos comunicamos. Eva Ávila presenta la
mediación como una herramienta sorprendentemente sencilla pero inmensamente
poderosa para prevenir que esto ocurra. Un ejemplo concreto es una estrategia
de prevención primaria que ella denomina el "acuerdo del lenguaje
seguro".
Consiste en que dos personas establezcan, con o sin
ayuda de un mediador, tres reglas básicas para su interacción:
1. Cómo me gustaría que me hablaras.
2. Cómo me comprometo yo a hablarte.
3. Qué haremos si uno de los dos rompe el acuerdo.
Este simple marco devuelve a las personas el control
sobre la interacción, reduce la tensión y, lo más importante, actúa "antes
de que el conflicto se convierta en daño". Es una prueba de que las
estrategias más efectivas no siempre son las más complejas.
Su poder se hace evidente cuando lo contrastamos con
las conductas tóxicas que busca erradicar. Ávila describe a esos "jefes o
jefas de equipo que entran en un despacho, pegan cuatro gritos en público, no sienten
ninguna vergüenza, y se sienten incluso satisfechos con el numerito". Un
acuerdo de lenguaje seguro es el antídoto directo a esa cultura del maltrato,
creando un espacio de respeto donde esos comportamientos ni siquiera tienen
cabida.
Las lecciones de Eva Ávila nos recuerdan que el
cambio real y profundo en la sociedad no se gesta en grandes discursos, sino en
los pequeños "laboratorios de convivencia" que son nuestras escuelas,
nuestros equipos de trabajo y nuestras familias. Es en estos espacios donde
aprendemos a relacionarnos, a resolver diferencias y a construir un futuro en
común.
Como ella misma concluye, la escuela es "el
primer gran escenario donde todos aprendemos a vivir y ahí empieza la
revolución". Esta idea nos deja una pregunta fundamental para aplicar en
nuestro propio entorno: en nuestro próximo desafío, en nuestra siguiente
conversación difícil, ¿cómo podemos elegir conscientemente la elegancia para
liderar la revolución en nuestro propio laboratorio de convivencia?

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