El Camino Olvidado una ruta jacobea de Paz y Mediación

 



Breve reseña de la conferencia de la Dra. Esther Souto Galván "El Camino Olvidado: Un camino de paz"

La conferencia impartida por la Dra. Souto Galván en la gala del Día del Peregrino(*) celebrada en la localidad palentina de Guardo el 27 de septiembre de 2025, una intervención que nos invita a redescubrir la riqueza milenaria del Camino Olvidado un itinerario de peregrinación menos conocido que el Camino Francés, examina el recorrido como un camino interior de historia, paz y justicia. La tesis central de su ponencia es una poderosa reinterpretación de esta ruta jacobea, presentándola no solo como un itinerario de peregrinación, sino como un motor histórico para la construcción de la paz, la mediación de conflictos y el desarrollo temprano de una identidad europea compartida. Con gran acierto narrativo, la Dra. Souto estructuró su disertación como una peregrinación por etapas, un recurso que seguiremos aquí para explorar sus ideas clave, centrándonos en los aspectos más relacionados con la cultura de paz. Porque más allá del sendero físico, existen capas de historia que a menudo se nos escapan. El Camino fue un laboratorio de paz en un continente en guerra, un escenario para la diplomacia; el origen de su nombre es más luminoso que estelar y su memoria está incompleta sin el protagonismo de las mujeres que lo moldearon Así, nos adentramos en el análisis de un Camino que se revela como un espacio donde la historia, la paz y la justicia se construyen, literalmente, paso a paso.

La leyenda sobre el origen de Compostela, en el siglo IX, es fascinante. Narra cómo unas "misteriosas luces" aparecieron en el bosque de Libredón, guiando al ermitaño Pelayo y al obispo Teodomiro hasta la tumba olvidada del apóstol Santiago. Este relato dio origen a la poética etimología de "Campus Stellae", el "campo de la estrella".

Sin embargo, aquí reside un matiz sorprendente. Los textos medievales más importantes, como el Códice Calixtino del siglo XII —que recoge una tradición aún más antigua—, no hablan de estrellas (stellae), sino de luminaria, un término que se traduce como luces, resplandores o antorchas. La identificación posterior con estrellas, aunque no sea científicamente exacta, es profundamente verdadera en un sentido simbólico: la estrella sigue siendo hoy la guía del peregrino, una luz en medio de la oscuridad.

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La Peregrinación como Metáfora: Un Viaje Interior hacia la Paz

La ponente inició su exposición con una elección estratégica fundamental: la metáfora del viaje. Este enfoque transforma el recorrido físico del Camino Olvidado en una profunda reflexión sobre cómo se edifican la paz y la justicia en la sociedad. El peregrinaje se convierte en una travesía simbólica que nos permite detenernos en paisajes, monumentos y figuras históricas para entender su significado en la forja de la concordia.

En este marco, el Camino Olvidado es presentado como un "camino interior". Según la Dra. Souto, cada etapa del recorrido físico se convierte en una "estación de reflexión" sobre el modo en que la historia, la paz y la justicia son procesos graduales, que requieren tiempo, memoria y esfuerzo colectivo. Este rescate de la memoria silenciada se erige como un acto de justicia histórica, un pilar fundamental para el porvenir.

La conferencia enmarca este propósito con una cita directa de Federico Mayor Zaragoza: "Solo si recordamos a quienes fueron silenciados podremos construir un futuro basado en la justicia y la paz". Esta idea subraya que el redescubrimiento del Camino y sus protagonistas olvidados es una condición indispensable para un futuro más justo.

Sin embargo, esta paz no era meramente un ideal simbólico. Como la conferencia demuestra a continuación, se fundamentaba en un robusto andamiaje de instituciones jurídicas y diplomáticas que la hacían tangible y efectiva.

La Institucionalización de la Paz: El Camino como Espacio Jurídico y Diplomático

La Edad Media fue, en gran medida, un período de conflictos endémicos. En este contexto, la creación de espacios seguros no era un lujo, sino una necesidad vital para la cohesión social y el intercambio cultural. Esta sección de la conferencia analizó los complejos mecanismos que convirtieron el Camino en una verdadera institución de paz, un corredor protegido en un continente a menudo convulso, ofreciendo un santuario de tránsito para el viajero solitario. Mucho antes de la ONU, el Camino ya era una zona de paz protegida. En plena Edad Media, una época definida por la violencia feudal, el Camino de Santiago funcionaba como un hilo de tregua tejido a través de un continente desgarrado por la guerra. Esta idea, estudiada por el jurista Rafael Gibert, revela que las rutas jacobeas eran auténticos "caminos de paz", espacios protegidos donde la violencia debía cesar.

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La Dra. Souto explicó cómo el Camino Olvidado surgió como una alternativa segura para los peregrinos que buscaban evitar los peligros de las incursiones musulmanas en el sur. Desde sus orígenes, esta ruta se tejió como un "puente entre pueblos, culturas y creencias", un espacio de encuentro resguardado por su geografía montañosa y la hospitalidad de sus comunidades.

Con el tiempo, este corredor físico se transformó en una jurisdicción especial de paz. Esta protección no era meramente un ideal, sino que fue codificada a través de un multifacético entramado jurídico y consuetudinario:

Espacios protegidos: La idea fundamental de que la peregrinación se desarrollaba en "caminos de paz", donde la violencia debía cesar y el viajero era una figura sagrada.

Treugas de Dios: Estas treguas, promovidas por la Iglesia, funcionaron como un mecanismo para limitar la violencia feudal en ciertos períodos y lugares, protegiendo indirectamente a los peregrinos.

Pax Peregrinationis: Término que define la protección específica del peregrino. Según estudió el jurista Rafael Gibert, esta "paz del peregrino" se asentaba en un doble fundamento: uno religioso, pues el caminante era un homo viator, un viajero sagrado protegido por Dios; y otro jurídico, ya que los fueros imponían severas sanciones a quienes atentaran contra su seguridad.

Fueros y Concilios: Diversos textos jurídicos y eclesiásticos establecían castigos severos para quienes agredieran a un peregrino, garantizando su inmunidad en la práctica.

Las Partidas de Alfonso X: Esta magna obra jurídica castellana definía al peregrino como "ome estraño" (hombre extranjero) que, por servir a Dios, debía ser protegido tanto en su persona como en sus bienes. Esta inmunidad especial, conocida como pax peregrinationis (la paz de la peregrinación), convertía la ruta en un verdadero "corredor de paz".

Pero no era solo una tregua pasiva. Este corredor se convirtió en un "lugar de encuentro" que dio origen a una cultura europea antes de que existiera como proyecto político. Más allá de su blindaje legal, el Camino fue también un escenario privilegiado para la diplomacia. La Dra. Souto destacó tratados clave firmados en su entorno que buscaron activamente la paz:

Tratado de Tui (1137 y 1194): Acuerdos de paz firmados entre los reinos de Portugal y León.

Tratado de Tordesillas (1494): El célebre acuerdo que dividió el mundo entre España y Portugal fue bendecido en Compostela, epicentro espiritual del Camino.

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Estos dos niveles de pacificación —la protección jurídica del individuo y los tratados diplomáticos entre reinos— representan las dos caras de una misma moneda. Conformaron una paz a microescala, centrada en la persona, y una paz a macroescala, que involucraba a los Estados, utilizando ambas el Camino como escenario y justificación. En su conjunto, estas estructuras convirtieron la ruta, en palabras del medievalista Georges Duby citadas en la ponencia, en un "germen de identidad europea" y un verdadero proyecto político de paz. Pero este proyecto no habría sido posible sin los actores humanos que lo encarnaron.

Las Mujeres como Agentes de Paz y Mediación: Rescatando una Memoria Silenciada

Una de las aportaciones más destacadas de la conferencia fue su deliberada intención de rescatar el papel de las mujeres, cuya memoria, como señaló la Dra. Souto, ha sido a menudo invisibilizada por la historiografía tradicional. La ponencia argumentó de forma convincente que las mujeres no fueron meras caminantes, sino activas "constructoras de paz".

El rol femenino en el Camino fue multifacético y fundamental. Más allá de su propia peregrinación, las mujeres mediaron en conflictos de alto nivel, abrieron hospitales para atender a los caminantes, escribieron sus experiencias, reflexionaron sobre su fe y se convirtieron en promotoras devotas que inspiraron a generaciones. Fueron, en suma, protagonistas de una historia de paz y concordia.

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Figuras Emblemáticas de la Mediación Femenina

La conferencia se detuvo en varias figuras históricas para ilustrar este protagonismo:

Isabel de Portugal, la Rainha Santa: Presentada como el arquetipo de la mujer mediadora, su figura es central en la ponencia. Su labor pacificadora fue notable en varias ocasiones: intervino en la disputa entre su esposo y su hijo, el futuro Alfonso IV, en un acto que la Dra. Souto califica de "diplomacia preventiva", y actuó como mediadora entre reyes cristianos de la Península Ibérica para frenar hostilidades. Su compromiso no fue solo político; tras enviudar, emprendió el Camino a Santiago y destinó parte de sus riquezas a crear hospitales en el Camino Portugués. Como detalle fascinante, la historiadora Virginia da Silva señala que la imagen de la reina conservada en el Museo Catedral de Santiago presenta un ojo dañado, una particularidad que coincide asombrosamente con la momia de Isabel, tejiendo un vínculo tangible entre arte, historia y devoción.

Otras Peregrinas Notables: La ponencia trazó una línea de continuidad histórica a través de otras mujeres excepcionales, demostrando la amplitud de su influencia:

Egeria (siglo IV): Mujer de la Gallaecia cuyo relato de su viaje a Tierra Santa es considerado el primer libro de viajes escrito por una mujer en Europa, un acto pionero de escritura y exploración.

Jimena Garcés (siglo X): Esposa de Alfonso III de Asturias, su peregrinación a Santiago sirvió de ejemplo y abrió el camino a otras mujeres nobles, consolidando la ruta como un destino para la devoción femenina de alto rango.

Gildeberta de Flandes (siglo XII): Figura asociada a Aymeric Picaud, supuesto autor del Codex Calixtinus. Algunos investigadores sugieren que pudo ser coautora o compañera intelectual en la creación de la primera gran obra literaria jacobea.

Elvira Pérez (siglo XIII): Una especiera (comerciante de especias) que figura en las cantigas galaico-portuguesas y que, en su testamento, dejó donaciones a hospitales y leproserías. Su ejemplo ilustra el papel crucial de las mujeres no nobles en el sostenimiento de la infraestructura de hospitalidad del Camino.

Brígida de Suecia (siglo XIV): Su peregrinación a Compostela, llena de visiones místicas, conectó directamente el Camino con la vida espiritual de toda Escandinavia, demostrando su alcance continental.

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Estas figuras demuestran que el Camino Olvidado no solo fue un sendero de fe, sino también un espacio de resistencia, protagonismo y agencia femenina, sentando así las bases para comprender su vasto legado cultural.

El Legado del Camino como Memoria de Paz y Concordia

En su conclusión, la Dra. Souto resumió su argumento principal: el Camino Olvidado es mucho más que una ruta secundaria del fenómeno jacobeo. Es, en realidad, un testimonio vivo de cómo los pueblos de Europa aprendieron a encontrarse, a convivir y a reconocerse en una historia común. Es un archivo de memoria donde la búsqueda de la paz se manifestó en múltiples dimensiones.

El legado del Camino, por tanto, no es meramente uno de fe, sino un modelo integral de construcción de paz donde los marcos legales, la diplomacia política y la agencia humana individual convergieron para crear la primera zona transnacional de concordia en Europa. Su herencia milenaria es, en consecuencia, una invitación a la acción en el presente. Ser, como propuso la ponente, "peregrinos de paz en nuestro tiempo" significa revivir esa experiencia de encuentro para construir una identidad común basada en el respeto, la diversidad y la esperanza.

La Dra. Souto finalizó su intervención con una emotiva reflexión personal que conecta el pasado con el presente, la historia con la biografía, cerrando el círculo de su propio viaje intelectual y vital: "al evocar el Camino Olvidado como un Camino de Paz, siento que cierro un círculo personal: el de una hija que aprendió en Compostela que toda luz, como la del campo de la estrella, solo tiene sentido si alumbra el camino de todos."

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El llamado "Camino Olvidado" fue en realidad una de las rutas más importantes y seguras.

Tal y como destacó la Dra. Esther Souto, el nombre "Camino Olvidado" encierra una gran paradoja. Lejos de ser una ruta secundaria, este itinerario que discurre paralelo a la Cordillera Cantábrica, desde Bilbao hasta Villafranca del Bierzo, surgió entre los siglos IX y XI como la alternativa más segura para llegar a Santiago.

Mientras el futuro Camino Francés estaba expuesto a las incursiones musulmanas, bandoleros y disputas señoriales, esta ruta del norte ofrecía un tránsito resguardado por las montañas. Su seguridad no solo se debía a la geografía, sino también a la densa red de comunidades monásticas que garantizaban hospitalidad y refugio a los caminantes. Su nombre actual, por tanto, no refleja su importancia histórica como un itinerario que ofrecía un viaje seguro y apacible en tiempos de incertidumbre.

El Camino de Santiago es infinitamente más rico que una simple ruta de senderismo. Es un testimonio vivo de que la paz era posible en épocas de guerra, un espacio de protagonismo femenino que estamos empezando a recuperar, y uno de los grandes crisoles donde se forjó la identidad europea. Es un legado activo cuyas lecciones sobre el diálogo y la justicia resuenan con fuerza en nuestro tiempo.

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(*) La distinción de Peregrina de Honor 2025, un homenaje al Camino Olvidado y la Unidad Europea, recayó en la edición de este año en la eurodiputada Dolors Montserrat quien impulsó una propuesta en el Parlamento Europeo para cartografiar todos los Caminos de Santiago y reconocerlos como caminos de unión y paz, entre otras iniciativas dentro del Intergrupo sobre Patrimonio Cultural Europeo, Caminos de Santiago y otras Rutas Culturales Europeas que constituye el principal vehículo institucional para sus acciones en esta materia, proporcionando una plataforma formal para el debate, la colaboración y la influencia política. Dentro de la compleja arquitectura del Parlamento Europeo, los intergrupos funcionan como herramientas estratégicas para impulsar agendas específicas, reuniendo a diputados de diferentes grupos políticos en torno a un interés común.


https://guardo.org/discurso-peregrina-de-honor-2025/


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